Hacer el amor de mil maneras

Hacer el amor de mil maneras
Un día de esos, cuando Viajando sin ropa de invierno no pasaba de ser, el medio que utilizaba para hacerles saber a mis amigos sobre mis vivencias acá en la madre patria. Bajé a la hora de la cena con una mini agenda y un lápiz para tomar nota, porque quería escribir sobre las diferentes expresiones que empleamos en Latinoamericana para referirnos a cosas específicas, y así darlas a conocer en una de mis entradas del blog.
 
Recuerdo el güey de Alejandra cuando pregunté como le decían a los chicos en México. 
 
También está el boludo que cariñosamente Agostina emplea en sus frases cada vez que me regaña: Ponte a estudiar boludo dejáte de boludear¿Qué haces boludo?
 
El ON FIRE  de la uruguaya o el FILOSO de Guillermo refiriéndose a cuando una persona está cachonda (en España); hablando en cubano, CALIENTE.
 
La conversación tomó otro rumbo y de pronto alguien preguntó ¿Cómo se dice hacer el amor en cubano? En ese momento no supe ni que responder, todos dieron sus frases, pero de todos los países; Nuestro México lindo y querido se llevó el premio gordo; no sólo por la variedad sino porque no más escucharlas, te montas unas escenas que ni para qué contarles.

En ese momento me quedé con el aquello; pero le dí tantas vueltas a la pregunta que me propuse investigar al respecto no sólo en América Latina sino en el mundo entero. 

He aquí el resultado de mi investigación:

En Albania por ejemplo refiriéndose a HACER EL AMOR una traducción de «Puno tokën» sería «arar la tierra», en ruso «Lysogo v kulake gonyat» y en inglés To pet one´s monkey sería «acariciar al mono», en Alemania sería «limpiar la zanahoria» y la expresión india «kaam ho gaya», se refiere a «el trabajo ha sido completado».

El diccionario Greens Dictionary of Slang, del lexicógrafo inglés Jonathon Green, asegura que la humanidad entera ha empleado su inventiva en la sexualidad más que en ningún otro tema.

Los mexicanos pudiera hacer un tratado de combinaciones relacionadas con la cópula, muestra de ello son las frases como: «meterle el muñequito a la rosca», «te voy a chequear el aceite», «vamos a ponerle carnita al tamal», «vamos a ponerle Jorge al niño», «despeinar la cotorra», «mojar la brocha», «azucarar el churro» o «arreglarte el enchufe», entre otros de una extensa lista.

En Cuba sin embargo desde pequeño ya estamos disfrazando el término. Igual vamos a «jugar al papá y a la mamá» o a «las casitas», «hacer cositas malas», «cuchicuchi» o «ñaca ñaca» para referirnos a aquello que no podía decirse ante los adultos.

De hecho, me atrevo asegurar que «acostarse» o «templar» no son denominaciones necesariamente vulgares, más bien naturales de nuestro país. Si los españoles «follan» y los argentinos «cogen» por qué nosotros no podemos «echar un palo», por citar un ejemplo.

De igual forma «revolcarse», «dar cabilla», «quimbar», «descargar» y «matar jugada», que si bien resultan más vulgares al oído, son propias de la modernidad y la riqueza del vocabulario. Todo depende de la forma y el contexto en que se utilice.

En el diccionario moderno y criollísimo de acepciones cubanas para decir «hacer el amor», no vas a encontrar ni «tirar», «culear», «mojar» ni el bíblico «fornicar». A lo mejor si «echar un rapidito» (viene de quickly, que significa rápido en inglés) o un «mañanero», tan saludable y agradable para iniciar el día.

En Puerto Rico por su parte sería «hundir pelos», en Chile: «botar el diente de leche», en Colombia: «matar la arrecha», en República Dominicana: «raspar» y en Cuba, «meter el yipe en el fango».

Así de rico es el sexo, digo……..el lenguaje.

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