Esta no es la primera vez que escribo sobre mi tierra (cuba x dentro). En mi corazón solo hay un hogar, y es la casa de mi mami, la que construyó mi abuelo en el Reparto Libertad en Holguin.
Allí viví 22 años. Allí están mis raíces.
La Ciudad de los Parques siempre me trae buenos recuerdos. Recuerdos de mi familia, de mis amigos de toda la vida: del círculo infantil, de la Vocacional, de Lengua Inglesa. Y ahora mismo me vienen a la mente los cafecitos de las Tres Lucías con mi hermana. Ah, los buenos tiempos…
La vida te lleva a lugares inesperados: ahora estoy lejos. Cuando uno se va, se pierde cosas y momentos importantes: el parto de tu hermana, los cumpleaños y las celebraciones.
Cuando mi mamá regresó de Rusia yo no me acordaba de ella y decía que ella estaba en Tula y señalaba su retrato en la pared. Imaginen su tristeza. Entonces pienso que Ilen Maria, mi sobrinita hermosa, no me conoce. Cuando ella me grita TÍA por teléfono se me moja el alma. – Y lo dice alto y claro. Estos niños de ahora son tan avispados!-
Yo no quiero. Me opongo a ser la tía del cuadro en la pared…
Eso es lo malo de la distancia y de la lejanía. Para darme ánimo siempre recuerdo una frase de Arjona: «uno no está donde el cuerpo, sino donde más lo extrañan». Así en realidad sigo en la casa que construyó mi abuelo con sus propias manos.
Aquí les va en fotos mi Holguín, el de mis abuelos.
Disfruten y nos leemos en los comentarios.
