Antes de Torres marcharse a vivir a su piso, ya fluía mejor energía entre nosotros; se notaba cierta mejoría en su español y la relación de amistad se fortalecía día a día; más que amigos diría yo. Conocía además a algunos compañeros chinos que hizo acá, que lo visitaban a la residencia.
Recuerdo en una ocasión; verme en la mesa cenando rodeado de asiáticos, está vez todos haciendo sus chistes en su idioma, riendo entre ellos y yo lo único que hacía era asentir con la cabeza, sin entender ni una palabra de lo que decian. ¿Cuántas veces Torres no se encontraba así en nuestra mesa? Era como la venganza del alumno.
Uno de los fines de semana próximo a irse, realizó un viaje con sus amigos, a un pueblo en las afuera de Barcelona. Si me preguntan ahora mismo el nombre del lugar, no sabría decirles, bastante con que entendí a duras penas que viajaría ese fin de semana.
De regreso a Salamanca, me trajo un souvenir de su viaje: la mano de Fatima.
La forma más extendida del símbolo es aquella de una mano simétrica: el dedo corazón en el centro; a sus lados el anular y el índice, un poco más cortos que el corazón e iguales entre sí; y en los extremos dos pulgares, también del mismo tamaño y algo curvados hacia afuera.
El obsequio me gustó desde un principio; pero no sabía de que se trataba, incluso hubo alguien que me dijo como se llamaba, pero sólo eso. Mi curiosidad era tanta que me dediqué entonces a averiguar sobre aquella prenda.
Sobre la mano de Fátima (Khamsa), decirles que es un talismán que representa una mano con los dedos extendidos. Cada uno de los dedos es una virtud: fe, caridad, ayuno, oración y peregrinación.
Es un amuleto que protege contra las enfermedades, aleja el mal de ojo y atrae la buena suerte (dado que la mano es la que guarda todo lo bueno de la vida y retiene la felicidad), protege de todo mal, deteniendo con la palma de la mano todas las influencias negativas que puedan surgir.
Es un símbolo protector para los seres humanos; que está unido al número cinco por sus cinco dedos, dicho número significa supremacía, es fetiche, representa los sentidos humanos, los elementos de la tierra, y los colores primarios.
Detrás de esta poderosa mano hay una leyenda que dice que Fátima (la hija mayor de Mahoma el fundador del Islam) un día mientras preparaba la cena vió entrar a su marido con otra mujer (en la cultura islámica se permite la poligamia). Ella trató de reprimir el disgusto, y prudentemente guardó silencio; atormentada e inmersa en oscuros y tristes pensamientos, y más atenta a su tristeza que a su trabajo, metió la mano dentro de una olla de caldo hirviendo y empezó a remover el guiso. Tan absorta estaba que no sintió dolor alguno; pero Alí su marido se percata de lo que estaba sucediendo, y horrorizado, se abalanzó sobre ella gritando; fue entonces cuando Fátima se dió cuenta de que se estaba quemando la mano y la sacó de la olla.
Como consecuencia de este hecho, tuvo que valerse de una sola mano para el resto de su vida; debido a esto, su padre escogió el símbolo para inmortalizar aquel suceso.
Desde entonces «la mano de Fátima» se convirtió en una prenda importante en el mundo musulmán, ya que representaba la paciencia y la abnegación.
Existen muchas teorías diferentes sobre el orígen de la mano, pero, sea cual sea la historia con la cual más gente se sienta identificada; hay que tener presente que todas ellas transmiten grandes virtudes y valores; convirtiendo a este símbolo en uno de los más respetados y compartidos en todo el mundo.
Había escuchado la historia y me parece genial la forma en que la cuentas….molaaaa