Es víspera de Navidad y el cuerpo lo sabe

Es víspera de Navidad y el cuerpo lo sabe - Viajando sin ropa de invierno
Siempre supe que cenábamos el día 24 de diciembre, y que luego por costumbre la gente de casa iban a la Misa del Gallo (Santa Misa que se celebra a medianoche) poco antes de Navidad.
 
Aunque las costumbres varían de unos países a otros, es bastante común que se realice una reunión familiar para cenar e intercambiar regalos; en Cuba lo primero al fijo; lo segundo no se, quizás y este año si, pero hasta donde tengo entendido, creo que no.
 
Pero si recuerdo verme comprando botellas de vinos y refrescos para prepararme la sangría que tanto me gusta, unas botellas de ron para el resto; luego los vegetales para la ensalada, la carne de puerco que no puede faltar en una cena navideña cubana, los frijoles negros para el arroz congrí, y el maíz para los tamales
 
A estas horas estuviese la peluquería llena de clientes; turnos dados de semanas anteriores, las mujeres cargando con sus maridos o novios para que se arreglen también. Yo volviéndome loco con tanto trabajo, y todas aquellas mujeres hablando de sus cosas; de los problemas de casa, de lo que van a hacer para cenar, de la visita que va ese día y de la cantidad de comida que tienen que hacer para toda esa gente. Comentando de la navidad pasada, de la borrachera que cogió el vecino de al lado, de lo imperfecto que estaba y de que no los dejaba cenar en paz con tanta bulla.
 
Yo siempre he sido reacio a esas fechas; lo que son la navidad y el día de mi cumpleaños para mí como si nunca se celebraran; porque más que celebrar un año más de vida, nos vienen a la mente, aquellas personas que ya no están entre nosotros, la familia lejos también; los amigos que se fueron de viaje y nunca más volvieron, los que se mudaron a otro barrio, otra ciudad, otro país.
 
Y cada año nuevo, más ausente de los tuyos; el año antes pasado me encontraba a unas horas de viaje, el pasado en otra provincia, este año al otro lado del Mediterráneo; junto a amigos, pero lejos de casa. No se, si quizás por eso, es que me he pasado el día escuchando canciones cubanas; canciones como Habáname de Carlos Varela. Es un tema muy bonito, y tiene un fragmento en especial que me parece sublime, que dice así: «Habana, mi Habana, si supieras el dolor que siento cuando te canto y no entiendes que este llanto es por amor».

Y la otra es un tema musical de Habana Blues, una película hispano-cubana del año 2005, dirigida por Benito Zambrano. Un film que relata la lucha del arte contra el comercio, el nacionalismo contra el globalismo y el comunismo contra el capitalismo. Ganadora además de dos Premios Goya (Mejor música y mejor montaje), de las cuatro categorías que fue nominada.

Hoy que estoy lejos, escucho ambas canciones, y tanto ayer, como hoy y siempre, desde mi punto de vista es la manera de encontrarse a uno mismo; siendo un punto de referencia para aquellos que quieran recordar de donde vienen y ver hacia donde van. Espero la disfruten. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *